He leído en Europa Press que el presidente del Pontificio Consejo por la Justicia y la Paz, el cardenal Renato Martino, condenó hoy la pena de muerte dictada contra el ex presidente iraquí Sadam Husein por considerar que la pena de muerte va en contra de las enseñanzas de la Iglesia Católica y no se debe castigar "un crimen con otro crimen".
En declaraciones al diario italiano 'La Repubblica', el cardenal Martino reiteró que el Vaticano se opone a la pena de muerte y advirtió de que la vida debe salvaguardarse desde que comienza hasta su final "natural".
"La pena de muerte no es una muerte natural, y nadie puede dar muerte, ni siquiera el Estado", añadió el prelado, quien expresó su esperanza de que la ejecución de Sadam Husein finalmente no se haga efectiva porque supondría castigar "un crimen con otro crimen".