jueves, diciembre 29, 2005

Cuidadoras familiares

Hoy he leído una carta al director en EL PAÍS que por su interés he decidido reproducir en este blog. Su autora es Begoña San José de la Plataforma "Mujeres por la Ley de Atención a la Dependencia", mujer valiente y referencia para muchas de nosotras.

"Es decepcionante que los titulares tanto de la noticia de la aprobación del Ateproyecto de Ley de Dependencia por el Consejo de Ministros del 23 de diciembre como de la entrevista al Ministro de Trabajo sean "400.000 personas recibirán ayuda por atender a familiares dependientes", de manera que el sujeto de este nuevo derecho "universal" no son las personas que no se valen para levantarse, comer o ir al retrete, sino sus hijas o familiares (en el 84% mujeres) a quienes se quiere perpetuar, eso sí, con una "ayuda", en la situación actual que el IMSERSO cuantifica en una dedicación de 10,6 horas diarias durante 8 años, incompatible con su derecho a la salud física y síquica, el empleo, el ocio y la vida personal. De manera que las cuidadoras familiares seguirán siendo en el año 2015, en número "entre 300.000 y 400.000 el primer recurso de atención a la dependencia, seguidas por 275.000 plazas de residencia asistida y 104.000 plazas en centros de día".

Y es preocupante que el Ministro de Trabajo, de quien dependen tanto las políticas de protección social como lasde empleo y de igualdad entre hombres y mujeres, diga que a esas cuidadoras familiares, que no recibirán un salario, sino una ayuda económica, se las computará como ocupadas. Porque, según el artículo 35 de la Constitución, a lo que tenemos derecho, "sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo" es "al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer nuestras necesidades".

47 organizaciones de mujeres denunciamos hace un año la insostenibilidad de la situación de más de un millón de cuidadoras familiares, cuyas vidas no pueden ser el precio de la vida de otros, y la urgencia de que un sistema público de Atención a la Dependencia repartiera socialmente esta tarea, con la cobertura universal de la ayuda a domicilio, centros de día o residencias asistidas, no con "ayudas" a las más sacrificadas de las familias, para que se sigan sacrificando".

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