Hoy la Asamblea de Madrid ha vuelto a dar -digo bien, porque no es la primera vez que ocurre en esta legislatura- un espectáculo lamentable: el debate parlamentario ha tardado 15 minutos en comenzar mientras se decidía si sus señorías podian o no podían beber agua.
Resulta que la pasada semana hubo problemas con la votación electrónica porque parece que se había vertido agua en algún escaño, para evitar que esta situación volviese a repetirse, la Junta de Portavoces aprobó que sólo hubiese agua en la tribuna y que quien quiera beber lo haga fuera del hemiciclo. Decisión que no ha gustado a Su Majestad, Esperanza Aguirre, y que ha sido excusa para que unos y otros diesen voces como si estuviesen en la verdulería de su barrio.
A mi se me ocurre que en 15 minutos sus señorías hubiesen podido preguntar sobre diversas cuestiones que, esas sí, interesan a los madrileños y madrileñas: el empleo, la vivienda, la carestía de la vida...cuestiones bastante más importantes que si pueden o no beber agua.
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Resulta que la pasada semana hubo problemas con la votación electrónica porque parece que se había vertido agua en algún escaño, para evitar que esta situación volviese a repetirse, la Junta de Portavoces aprobó que sólo hubiese agua en la tribuna y que quien quiera beber lo haga fuera del hemiciclo. Decisión que no ha gustado a Su Majestad, Esperanza Aguirre, y que ha sido excusa para que unos y otros diesen voces como si estuviesen en la verdulería de su barrio.
A mi se me ocurre que en 15 minutos sus señorías hubiesen podido preguntar sobre diversas cuestiones que, esas sí, interesan a los madrileños y madrileñas: el empleo, la vivienda, la carestía de la vida...cuestiones bastante más importantes que si pueden o no beber agua.
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