Naciones Unidas define la violencia de género como “todo
acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda
tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la
mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación
arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la
vida privada” (art. 1 de la Declaración de NNUU sobre la eliminación de la
violencia contra la mujer, 1993).
La violencia de género puede adquirir múltiples formas,
desde aquellas que son sutiles como la invisibilización o los micromachismos hasta el
asesinato, pasando por las humillaciones o las agresiones. No hay que
minusvalorar ninguna, todas son manifestaciones de la violencia machista que
sufren las mujeres por el mero hecho de serlo.
Este verano estamos asistiendo a una verdadera crónica negra del terrorismo machista; tal vez antes se producía la misma sangría pero ahora las redes sociales
la están visibilizando, y los medios de comunicación no están a la altura de
las circunstancias. Han tardado meses, por no decir años, en llevar esta sangría a sus portadas, y
cuando lo han llevado y tratado en su interior, resulta que no se las asesina sino que se mueren, que son víctimas de venganza no de violencia de género, que son cifras y no vidas…
¡Qué decir del Gobierno! ni está ni se le espera. Solo un dato, desde 2011 hasta los últimos Presupuestos Generales del Estado, la partida destinada a la lucha contra la violencia de género se ha reducido en un 17%.
¡Qué decir del Gobierno! ni está ni se le espera. Solo un dato, desde 2011 hasta los últimos Presupuestos Generales del Estado, la partida destinada a la lucha contra la violencia de género se ha reducido en un 17%.
Quieren invisibilizar la violencia de género, convertir estos asesinatos en una noticia cualquiera de la página de sucesos, pero si
algo ha conseguido el feminismo es sacarlo a la luz, ponerlo en la agenda
pública, y no va a permitir que se vuelva a ocultar una realidad que nos está
matando por ser mujeres.
Por eso, el próximo 7 de noviembre, estaremos en las calles
denunciando el terrorismo machista, pero también a quienes con sus silencios,
con sus deformaciones, manipulaciones, o recortes no hacen todo lo que está en
su mano para convertir la violencia de género en una cuestión de estado.