martes, marzo 23, 2010

Ahí van mis piedras

Dijo Ratzinger el otro día que, el que estuviese libre de pecado, tirase la primera piedra. Las mías no son las primeras, pero estoy convencida de que no serán las últimas y de que son muy merecidas.

Mi primera piedra, se la tiro a Cañizares, que el otro día tuvo la desfachatez de señalar que las denuncias sobre pederastia eran "ataques" para que no se hablase de Dios, sino de otras cosas, y que "es un tema que no preocupa excesivamente a la Iglesia".

La segunda, se la tiro a Berlusconi, que afirma que tantas y tantas denuncias de pederastia son "errores humanos de los que la historia está llena".

A-pe-lo-tan-te.