El limbo es la hipótesis sostenida durante siglos por algunos teólogos de la Iglesia católica y que se remonta a la época medieval, en la que se afirmaba que los niños fallecidos antes del bautismo iban a un lugar llamado limbo, donde, aunque no sufrían los suplicios del Infierno, tampoco gozaban de una total comunión con Dios.
Desde enero de 2007, un documento de la Comisión Teológica Internacional (CTI) del Vaticano descarta la posibilidad de que exista un limbo después de la muerte. La nueva teoría del Vaticano señala, en cambio, que la idea de que pueda existir un limbo esconde "una visión excesivamente restrictiva de la salvación" y no parece compatible con la idea de la misericodia infinita de Dios, que "quiere que todos los hombres se salven". Los padres de niños fallecidos...están más tranquilos.